Cómo vivir en la abundancia
Todos en la vida buscamos lo mismo: la felicidad, sentirnos felices. Pero no nos han enseñado el camino que lleva a esa felicidad. Se nos propone una serie de objetivos, que supuestamente, al alcanzarlos, nos harán tener una vida feliz. Y de esa manera se nos hace vivir desde la carencia. Creemos que no tenemos lo necesario para ser felices. Contínuamente nos faltan “cosas”: trabajo, dinero, pareja, coche, casa, salud, ropa, viajes… Pensamos que si tenemos todas esas cosas de las que carecemos, seremos más felices, o felices a secas. Pero si vivimos desde la carencia, estaremos siempre sumidos en ella, independientemente de lo que tengamos o consigamos. Siempre habrá algo más, que será lo que creamos que nos hace falta. Y sin embargo, la abundancia está ahí, delante de nuestras narices. En realidad vivimos sumidos en ella. Pero no sabemos cómo vivir en la abundancia.

La abundancia te rodea
Lo paradójico es que nos gustaría vivir en la abundancia, creemos que estamos en la carencia, y la realidad es que ya vivimos en la abundancia, sin saberlo.
Lo que nos “engaña” es nuestra propia mente. Ésta tiene la particularidad de tender a centrarse en lo negativo, en lo que aparentemente va mal, o en aquello que nos falta. Esa forma de pensar es la que nos hace vivir en la carencia, independientemente de que tengamos más o menos. Una persona pobre se centrará en la falta de dinero o de trabajo, y una persona rica en la falta de un móvil de última generación, un coche mejor, una casa más grande, etc… Nadie está a gusto con lo que tiene, y así siempre nos mantenemos a la espera de que venga algo mejor.
Es lo que llamo la costumbre de ver las cosas “al revés”. Probemos a darle la vuelta a nuestra forma de ver las cosas.
Cambiando la visión
Si en vez de fijarme exclusivamente en aquello que me falta, me fijo en todo lo que ya tengo, mi grado de satisfacción y felicidad cambiará. Al principio puede parecer difícil, pues tenemos la costumbre de dar por hecho eso que ya tenemos. Una mala costumbre, por cierto. Ahora se trata de ser conscientes de todo lo que hemos vivido, hemos tenido, vivimos y tenemos. No sólo lo material. También las personas, las relaciones, el amor recibido y compartido, las múltiples experiencias… La vida misma, cada respiración, poder disfrutar del mundo que nos rodea.
El poder del agradecimiento
En mi libro sobre la vida de Jesús (pinchar para verlo), aparece una explicación esclarecedora acerca de la verdadera oración. Generalmente se ora pidiendo algo, desde la carencia. Y Jesús explica que la auténtica oración no pide nada para sí mismo, y es “Gracias”. Esa debería ser la forma de orar de todo el mundo, más allá de cualquier religión o ausencia de ella. El agradecimiento te hace vivir automáticamente en la abundancia. Es tanto lo que se puede agradecer y ser felices por ello, que es interminable. Cada latido, cada respiración, el alimento, la ropa, el cobijo, la compañía, las experiencias que vamos viviendo… Cualquier detalle en cada instante de la vida se puede agradecer.
Te recomiendo que practiques el agradecimiento cada día. Puedes incorporarlo a tu meditación, al principio o al final. Simplemente agradece al menos tres cosas en tu vida o en tu día. Quizás al principio te cueste, pero te aseguro que con la práctica no serán tres, sino trescientas las cosas que te vendrán a la cabeza dignas de estar agradecid@ por ellas.
Si lo haces por la noche, agradece especialmente lo que has vivido durante el día. Si lo haces por la mañana, incluye también el agradecimiento por todo lo que vas a vivir en ese día, por adelantado.
Es una práctica sumamente sencilla y que te va a cambiar la vida radicalmente. Es pasar de la carencia a la abundancia radicalmente, sin que tenga que cambiar nada en tus circunstancias exteriores. Curiosamente, desde que empieces a vivir con agradecimiento, tus circunstancias exteriores también empezarán a cambiar… Es añadir un ingrediente de magia en tu vida.
Cambia tu forma de percibir y cambia tu forma de ser
Así es. Tu forma de ver el mundo determinará tu forma de ser, y a su vez, tu forma de ser hará que veas el mundo de una determinada manera.
Haz la prueba. Practica el agradecimiento, fíjate en la abundancia que te rodea. No se trata de poseer, pues no necesitas tener en propiedad las cosas para disfrutarlas. Se trata de disfrutar todo lo que está a tu disposición, aquí, en este momento.
Estando en la abundancia, estarás también en la felicidad, en la dicha.
Repite y medita esta frase a menudo:
- “En este preciso instante, la vida me lo está dando todo.”
Créetelo, compruébalo, y agradece. A cada instante lo tienes todo: la vida, el amor, la dicha… Todo está dentro de ti y a tu alrededor. Vives en la abundancia. No verlo es lo que te puede hacer creer que estás en la carencia. Y es como si un pez que vive en el océano estuviese implorando agua…
Tú ya vives en un océano de abundancia. Si aún no lo ves, es que tienes que aprender a mirar. Y la práctica del agradecimiento puede darte esa consciencia.
Puedes ver también este artículo acerca de la felicidad: https://elfarodeobjetivodespertar.com/toma-las-riendas-felicidad/
Logan G. C.