Esta semana quiero explorar contigo qué es el Reiki. Probablemente hayas oído o leído algo acerca del Reiki, o incluso hayas recibido alguna sesión, o lo practicas. En cualquiera de los casos, será interesante aclarar conceptos y tener una visión más amplia de lo que representa.
Existen en la actualidad distintas escuelas y métodos que emplean la palabra Reiki para anunciarse. Para alguien que busca en internet información, puede ser confuso tanta diversidad, más cuando algunas se proclaman superiores a otras…
¿De dónde viene el término Reiki?
El término Reiki proviene de Mikao Usui, que en 1.922 fundó la primera escuela de Reiki en Japón. El significado del término es “energía universal”, y en un primer acercamiento se podría explicar como un método de transmisión de energía a través de las manos. Así es como se conoce generalmente, y su práctica suele tener objetivos ligados a la sanación física y emocional. En una visión más amplia se trata de un método de crecimiento espiritual cuyo fin sería la iluminación o conocimiento supremo. Sanar traumas y creencias limitantes, abre la puerta a una mayor evolución interior. Usui se retiró 21 días a meditar en un monte cercano al monasterio en el que entonces residía. Al final de esos 21 días tuvo una gran experiencia espiritual, un gran “Despertar“. A partir de ahí fue cuando se dio cuenta de que había desarrollado la habilidad para transmitir energía y sanar.
Capacidad natural
El uso de la imposición de manos para la sanación no es nada nuevo. De hecho, parece haber acompañado siempre a la humanidad. Se trata de una capacidad natural que todas las personas tienen, más o menos desarrollada. Cuando sufres de algún dolor, instintivamente te llevas las manos hacia esa zona. De alguna manera, se produce un alivio en la zona dañada al colocar las manos encima. Por supuesto, si se quiere medir instrumentalmente esta energía, no encontraremos nada… Eso hace que estas técnicas hayan sido olvidadas y rechazadas por la ciencia actual, aunque en los últimos años se les abre la puerta en algunos hospitales para aliviar a ciertos pacientes. Los efectos de relajación y calma que aporta sí que han sido demostrados científicamente, pero no el que directamente se puedan sanar las enfermedades a través de la imposición de manos.
En Oriente y Ocidente
En Oriente, concretamente en la India y en China, se conocen y aplican desde hace milenios técnicas energéticas para combatir y prevenir enfermedades. Allí se enseña una anatomía “esotérica” que describe un cuerpo energético que acompaña al físico. En este cuerpo existen centros de energía (llamados chakras en la India), y canales o nervios sutiles por donde circula (nadis en la India y meridianos en China). La acupuntura, originaria de China, trabaja estimulando puntos y meridianos con la ayuda de finas agujas, además de con otras técnicas. En la India se incide más sobre el aspecto espiritual y de desarrollo de la consciencia a través del despertar de la energía que denominan Kundalini, usando la Meditación y el Yoga para ello.
En Occidente este conocimiento parece haberse perdido con el tiempo. Sólo los llamados curanderos, o las “brujas” y “brujos”, usan sus manos para aliviar y sanar, con poco prestigio hoy en día. El hecho de que pretendan acabar con todo tipo de males y problemas no ayuda a que se les pueda tomar en serio. Pero de vez en cuando sí que se encuentran personas con una habilidad o don especial y que no pretenden poder hacerlo todo. La aparición del Reiki, que se ha dado a conocer en todo el mundo, ha impulsado de nuevo estas técnicas de sanación a través de las manos.
Confusiones
El problema es que en este tipo de temas, es muy fácil caer en pretensiones imposibles, y en “charlatanerías”. Y así han proliferado métodos que se autodenominan Reiki, y que copiando partes del original de Usui, añaden símbolos de otros lugares o directamente “inventados” por sus mentes (se suele llamar a esto “canalizaciones”). ¿Qué hay de verdad en esas “novedades”? Es difícil de saber, pues a veces sí que puede haber gente sincera y equilibrada, pero por lo general, es necesario, aquí más que nunca, emplear el sentido común. (Alguno pensará que por sentido común habría que rechazar todas estas técnicas sin base científica…).
Mi recomendación en este artículo, es que si te interesas por el Reiki, empieces por el original de Usui. Practica y experimenta, iníciate en los dos primeros niveles, y antes de embarcarte en otros, deja pasar un tiempo en el que se asiente tu práctica y conocimiento.
Desde este blog no voy a hablar de “distintas” energías, pues si te has dado cuenta, una de las ideas centrales del blog es que “todo es uno”. La energía es una, y lo que puede diferir son las distintas maneras de trabajar con ella. Los que pretenden estar usando una energía “superior” son charlatanes o ignorantes. Es como pretender que la energía eléctrica de Iberdrola es superior a la de Endesa (o viceversa). La meditación ayudará a tener las cosas más claras y no caer en las trampas mentales. De hecho, el Reiki y la Meditación van de la mano, están íntimamente unidos, y no se puede avanzar en el uno sin la otra. Lo que sí es cierto es, que según sea tu desarrollo interior, canalizarás más o menos energía. A mayor conciencia, más energía.
¿Cómo se enseña el Reiki?
Tal y como enseñaban Usui, y sus sucesores, el Reiki se dividía en tres niveles, que más tarde en Occidente se transformaron en cuatro. En el primero se explica qué es, su procedencia, y cómo practicarlo a uno mismo y a los demás. También se hace una iniciación que ayuda a activar el flujo de energía a través de las manos.
En el segundo nivel se enseñan unos símbolos y técnicas para trabajar específicamente en lo físico, en lo emocional y a distancia. Los símbolos son como herramientas que ayudan a enfocar la energía. No son imprescindibles, pero como ayuda que son, vale la pena utilizarlos, aunque mentalmente no entiendas cómo pueden actuar. Es importante no obsesionarse con ellos, pues si no, acabarás “coleccionando” símbolos, y esa no es la finalidad.
El tercer y cuarto nivel se dirigen a la “maestría”, para aquellos que se quieran dedicar más intensamente al Reiki.
Los cursos son interesantes por la información que ofrecen. Ahora bien, sin hacer ningún curso ni ninguna iniciación, se puede perfectamente usar esta energía. Como dije antes, se trata de algo natural, luego todo el mundo puede hacerlo.
Formas de activarlo
Como ya decía el propio Usui, las formas de activar el Reiki son tres:
- la práctica: mientras más practicas más se desarrolla.
- la meditación: todos los grandes meditadores o personas altamente espirituales han desarrollado la habilidad de sanar a través de sus manos.
- las iniciaciones: son momentos puntuales en los que se “aviva el fuego”. Luego dependerá de la persona mantenerlo activo a través de la práctica y de la meditación.
Es importante tener en cuenta que al hacer Reiki, no estás transmitiendo tu energía. La idea es conectarte con la energía “universal”, y ser un canal a través del cual esta energía pasa a la otra persona. De esta manera, tú no eres quien sana a la otra persona, sino que es la propia energía la que lo hace. La mejor actitud mientras se da Reiki es la meditativa, esto es, con mucha relajación, plenamente presente y sintiendo lo que sucede, sobre todo en tus manos. El resultado de una sesión tampoco se puede prever con exactitud. Se dice que la energía del Reiki es “inteligente” y va allí donde más lo necesite la persona, según lo requiera su ser verdadero.
¿Cómo practicar desde ya mismo una auto-sesión de Reiki?
No podía acabar esta primera aproximación al Reiki sin darte una forma de poder ponerlo en práctica desde este mismo momento. La mejor forma de tener una opinión acerca de algo es experimentar. La mente puede dar muchas vueltas y los pensamientos encontrar opiniones y explicaciones varias. Sólo la experiencia te podrá dar auténtico conocimiento.
Te voy a proponer una práctica muy sencilla, con sólo cuatro posiciones de las manos. Puedes hacerlo en posición sentada o acostada. Cualquier momento puede ser bueno; puedes aprovechar el descanso después de comer o en la cama antes de dormir. El tiempo de dedicación también es a elegir: desde un par de minutos en cada posición hasta cinco o diez.
Esta sería la secuencia sugerida:
- Primero adopta la postura que vayas a usar. Que sea cómoda y estable.
- Ahora dedica un tiempo a sentir tu cuerpo y a relajarte. Puede ser un par de minutos, o algo más si tienes tiempo.
- Coloca tus manos suavemente en lo alto de tu cabeza, en la coronilla. Simplemente siéntelas allí, y continua relajándote. No pretendas que pase nada ni hacer nada. Mantenlas entre 2 y 5 minutos.
- Cambia lentamente tus manos y colócalas sobre la cara, cubriendo los ojos, otros 2-5′.
- Ahora llévalas al pecho, a la altura del corazón. Puede poner una mano sobre la otra, o una más arriba y junto a la otra un poco más abajo.
- Por último, una mano por encima del ombligo y la otra por debajo.
Sentirás una relajación muy especial, distinta a la experimentada de otras maneras. Te animo a que sigas practicando y a que le des una oportunidad al Reiki. Y ten siempre en cuenta que se trata ante todo de una forma de crecimiento espiritual. Por lo tanto, no olvides la meditación. De hecho, el Reiki puede considerarse una técnica de meditación por sí mismo. Siempre y cuando lo practiques desde la relajación y la consciencia del momento presente.
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