Distintas formas de estar perdido
A veces, en la vida, puedes tener la sensación de estar perdido o perdida. Sucede cuando no sabes qué rumbo tomar, o cuando no sabes si estás haciendo lo correcto o no. Puede ser un problema de identidad: no sabes quién eres. O puede ser un problema al relacionarte: sientes que no encajas.
Según el diccionario, “perderse” significa que una persona desconoce dónde está exactamente. Por el motivo que sea, por haberse equivocado de camino o por haber perdido la compañía de quien le guiaba, etc… Otra acepción es dejar de seguir el hilo de lo que se estaba diciendo, leyendo o escuchando, o el ritmo de la música, etc…
Por otra parte, “perderse” también es sinónimo de malograr, malgastar, desaprovechar, confundirse, desviarse, corromperse, desorientarse, errar…
Encontrar el camino
En este artículo me voy a referir a “estar perdido” en el sentido “espiritual”. Es decir, en relación a nuestra búsqueda interior y de sentido de nuestras vidas.
Es normal que, hasta que inicias el camino interior, te sientas perdido o perdida. Algo en tu interior te dice que hay algo más en la vida de lo que te han contado. Sientes un vacío que no se llena con los logros que la sociedad te propone: estudios, trabajo, familia, casa, … En algún momento de tu vida, unos más pronto y otros más tarde, empiezas a buscar las respuestas que necesitas. Entonces te acercas, por ejemplo, al Yoga, a técnicas de trabajo con la energía, a grupos de meditación. O también a grupos de senderismo, a algún curso relacionado con el arte (música, pintura, escritura…). O a asociaciones que ayudan a los demás o al entorno. Todas estas son maneras de buscar un sentido superior a nuestras vidas.
Me voy a centrar en las actividades más relacionadas con el crecimiento interior y el autoconocimiento. Cuando te inicias en ellas, te da la sensación de que al fin has encontrado tu camino. Ya no te sientes perdid@.
Perderse en el camino
Pues bien, a partir de aquí es cuando aparece el verdadero peligro de “estar perdido”.
Antes no sabías que estabas perdid@. Simplemente sentías que te faltaba algo. Ahora te has “encontrado”, te sientes mejor, en el “camino”. El problema es que, hoy en día, son tantos los posibles “caminos” que se ofrecen, que en algunos de ellos puedes perderte aún más…
Vivimos un mundo, y una época, en que todo está al alcance de la mano. Pero también en un mundo en el que todo se comercializa, se mezcla. Cualquiera puede hacer alzar su voz, ser oído o leído, independientemente de que su mensaje sea constructivo o destructivo. Y es tal el entusiasmo colectivo, que todo se absorbe como esponjas, sin ninguna o con poca discriminación.
Subir a la cumbre de la montaña
Es como querer llegar a la cumbre de una montaña. Existen muchos caminos diferentes para hacerlo. Los hay más difíciles, escalando rocas, y más sencillos rodeando obstáculos y evitando las pendientes más empinadas. Unos serán más largos y otros más cortos. También puedes elegir qué paisajes atravesar, e incluso entretenerte en alguno de ellos, disfrutándolo, sin perder de vista el objetivo final.
El problema aparece cuando sigues un camino que sólo da vueltas alrededor de la montaña. Que parece que sube un poco para bajar a continuación. Caminos que se quedan en una sola zona. Y caminos que directamente se alejan de la montaña y que crean otros senderos que recorrer. Entonces, vuelves a “estar perdido”.
Ciegos que guían a otros ciegos
Lo peor de todo, es cuando crees estar en un lugar en el que en realidad no estás. Eso también es, por supuesto, “estar perdido”, pero es más grave, pues no lo sabes. Más grave que antes de iniciar ningún camino, pues entonces no sabías que existía, y ahora crees haber llegado… No sólo no sabes que estás perdid@, sino que crees que no lo estás, y que puedes ayudar a otras personas, guiándolas… Ciegos guiando a otros ciegos.
La trampa del ego
Eso sucede porque se cae en la trampa del ego.
Como seres individuales que somos, tenemos un “ego”. Nos vemos separados de los demás, independientes. Y el ego nos protege y nos cuida. También desde este ego nos relacionamos con el mundo, lo disfrutamos. Hasta aquí todo bien. El ego no es algo negativo que haya que destruir. Eso es una mala interpretación de las enseñanzas de los místicos. Ellos, al describir la iluminación, lo hacen diciendo que es una disolución del ego. En ese estado, ya no hay ego. Pero en nuestra vida diaria, hasta que lleguemos a ese estado, vivimos desde el ego.
El problema es cuando nos aferramos demasiado a él. Entonces sólo nosotros tenemos razón. Los demás están equivocados. Nuestra escuela es la mejor. Las otras son inferiores.
Esto sucede en el ámbito del Yoga, de la energía, de la Meditación… Es paradójico, pero es así. En el Yoga escucho a personas que creen firmemente que su forma de hacer yoga es la mejor. Por lo tanto, las demás son inferiores.
Y en cuanto al Reiki o el trabajo energético, se ve mucho más. Nuevos sistemas que aparecen, y por supuesto cada uno es superior al anterior. Incluso se habla de nuevas energías, “canalizadas” a una persona en particular. Son “elegidos” para transmitir el verdadero conocimiento…
Técnicas de meditación “definitivas”, más “poderosas”. Sin esa técnica en particular no podrías avanzar…
Si quien te habla así es el propio “maestro” o “maestra” de esa escuela en particular, ya tienes la señal para darte la vuelta y buscar en otro lugar. Estás ante un ciego o ciega que pretende guiar a otros ciegos.
Y cómo saber que el camino es el correcto
El sentido común o la intuición te lo dicen todo. Es cierto que al principio, no están muy desarrollados. De hecho, en nuestra sociedad son capacidades que tenemos atrofiadas.
Personalmente, desde mi experiencia, recomiendo altamente el Yoga. No una escuela en particular, sino lo que el Yoga, como ciencia milenaria, representa. Todo lo que me ha llegado a través del Yoga me ha demostrado su verdad y su eficacia. Confío en el Yoga clásico y tradicional. He podido observar, tras más de 30 años de experiencia, que el Yoga te va transformando silenciosamente. Es decir, que a través de la práctica de asanas, relajación, respiraciones y meditación, vas cambiando a mejor. Sin necesidad de discursos.
Puedes encontrar más sobre la meditación en estos artículos:
- https://elfarodeobjetivodespertar.com/meditacion-primeros-pasos/
- https://elfarodeobjetivodespertar.com/objetivos-de-la-meditacion/
- https://elfarodeobjetivodespertar.com/momentos-diarios-para-meditar/
Además, la práctica de todo lo que significa el Yoga, incide directamente en el desarrollo de tu intuición. Y una vez que tengas acceso a tu maestro interno, sabrás con seguridad cuándo estás en el camino correcto y cuándo no.
“Estar perdido” ya no será posible para ti.
Esto no significa que ya no necesitemos nunca más la guía de alguien. Habrá momentos en los que alguien nos puede facilitar una clave, o enseñar algo que necesitamos. Pero sabremos distinguir de quién recibir esa guía. Y sabremos que el que actúa de “maestro” en ese momento, es una persona como nosotros, que sigue su camino, apoyándose en otros y dando su apoyo a los que lo puedan necesitar.
Metáfora en “Objetivo Despertar”
En la página de Facebook de “Objetivo Despertar” publico cada día una frase o texto relacionado con estos temas. (Puedes verlas en este enlace: https://www.facebook.com/ObjetivoDespertar/) Hace unos días, concretamente el 25 de noviembre pasado, escribí lo siguiente, que tiene que ver con este artículo:
“Un día cogí mi coche y decidí ir a la montaña.
Consultando con un mapa, elegí el mejor camino.
Quizás no necesariamente el más directo,
pero sí el que tenía el paisaje que más me gustaba y en el que me sentía más a gusto conduciendo.
Hubo un momento en el que me distraje y me perdí…
Bueno, no fue nada grave; simplemente pregunté a otras personas, y pude así ponerme de nuevo en el camino correcto.
En otro momento en el que dudé, a pesar de que ya tenía todas las indicaciones necesarias, me relajé y escuché a mi voz interior, mi intuición. Me alegré al comprobar lo bien que me guiaba si sabía escucharla. El conocimiento ya estaba en mí, y sólo necesitaba parar a escuchar esa voz interior y tener confianza en ella.
Finalmente, llegué a la montaña y disfruté de ella intensamente.
¿Cómo conduces por tu vida?
¿Sabes a dónde te diriges?
¿Te has parado a mirar cuál es la mejor manera de llegar a donde te propones?
Cuando no sabes por dónde ir, ¿preguntas a quien puede ayudarte? ¿Buscas consejo e indicaciones?
¿Sabes que en tu interior se encuentra tu mejor “mapa”?
¿Sabes cómo acceder a él?”
Siempre en el camino
Si la lectura de este artículo te ha hecho reflexionar, habrá cumplido su objetivo. Se trata de invitar a que se manifieste el sentido común y la intuición. Reflexionar, pararse a escuchar a los demás y al “maestro interno”.
El objetivo de este blog es acercarte, desde mi experiencia, a lo que considero más real, auténtico. Los caminos, herramientas y maestros que en mi opinión son más directos, más confiables. Se trata de facilitar la búsqueda y dar las indicaciones que más puedan ayudar. Por supuesto, lo hago desde mi visión. Si tienes otras herramientas que sabes que te van bien, estupendo. Si quieres puedes compartirlas conmigo escribiéndome un correo. Igualmente puedes hacerlo si tienes alguna duda o consulta en que te pueda ayudar.
Siempre estamos creciendo, aprendiendo. Esto significa que aún no hemos llegado a la cumbre: estamos en camino. ¡Buena marcha!
Si te ha gustado este artículo, compártelo en tus redes sociales (justo a tu derecha). Y no olvides subscribirte a la Newsletter (al principio del artículo a la derecha o justo aquí abajo). Así recibirás el enlace a cada nueva entrada cómodamente en tu correo. Cada semana, el “Faro de Objetivo Despertar” pondrá su luz en temas como la Meditación, el Yoga, el Reiki, los principales Maestros, la Salud, el crecimiento personal…, todos los temas relacionados con “Objetivo Despertar“.
¡Gracias!