El remedio a la ansiedad

La ansiedad y el estrés están tan presentes en nuestras vidas, que hemos llegado a considerarlos “normales”. Pero en realidad, no son estados normales, por muy generalizados que estén. Son la causa directa de un sinfín de problemas, físicos, psíquicos y sociales en la sociedad en que vivimos.

ansiedadDistintas situaciones que causan ansiedad, cuando se suman unas a otras, acaban generando estrés crónico. En este estado, la ansiedad no disminuye, sino que permanece continuamente. La persona que sufre este estado no puede sentirse satisfecha con nada, y mucho menos, feliz. No disfruta de las cosas que anteriormente más le atraían. A la larga, puede caer, o bien en estallidos de rabia y violencia, o bien en una profunda depresión.

Preparándose para el conflicto

En una situación de estrés, todo el organismo se prepara para combatir esa situación. Puedes ser mediante la lucha o mediante la huida. Así el cuerpo se prepara para utilizar un máximo de energía, paralizando momentáneamente otras funciones. Esto, que en un caso de verdadera emergencia sería del todo positivo, se convierte en perjudicial cuando se alarga en el tiempo. Todos los órganos del cuerpo se ven afectados.

La mente

La mente precisamente no suele ayudar a disminuir esa ansiedad. Más bien al contrario, la alimenta. La persona estresada no puede dejar de pensar en aquello que le causa el estrés. Y lo hace de una manera repetitiva, dando mil vueltas a lo mismo, aumentando la sensación de estrés y ansiedad más allá de lo que la propia situación hubiese generado.

En un estado así es imposible pensar con claridad. Se toman las peores decisiones. Todo se ve mucho peor de lo que en realidad es. Por lo tanto, las relaciones con el exterior se ven también afectadas. Se genera un mal ambiente con las personas de alrededor. Afecta al trabajo, a la vida familiar, de pareja, a la vida social… La vida se convierte, en todas sus facetas, en una lucha, en un sinfín de preocupaciones y de problemas. La persona estresada y llena de ansiedad no puede llegar a ser feliz.

Un remedio sencillo a tu alcance

Es curioso que la sociedad no preste la debida atención a un problema tan generalizado como la ansiedad. La solución hasta hace bien poco se basaba en la medicación. Y en sesiones de psicoterapia basadas en la escucha. Algunas veces se daban consejos sobre cómo tomarse las cosas en la vida… Consejos que una mente estresada es incapaz de seguir.

Y sin embargo, la solución es sencilla, natural y al alcance de cualquiera. He hablado de esta solución en distintas ocasiones a lo largo de este blog. Sobre todo cuando me refería a la meditación y a sus fundamentos. La solución es simplemente aprender a relajarse.

La relajación

Nadie nos enseña a hacerlo. De hecho, la sociedad tiende más bien a centrarnos en la mente, produciendo una desconexión con el cuerpo. Y se nos ha olvidado cómo conectar con el cuerpo y relajarnos.

Porque tu cuerpo sabe perfectamente cómo relajarse. Lo hace cada noche, cuando al fin le “dejas en paz”, desconectas de la mente, y el cuerpo puede aprovechar para descansar y reponerse.

La relajación es algo natural. Por lo tanto, lo que se necesita es aprender a volver a conectar con ella. O des-aprender todo lo que nos ha llevado a esta desconexión…

Si es natural, es fácil. Sólo a la mente le puede parecer difícil. Porque la mente está siempre imaginando cosas del futuro o del pasado. La relajación te trae de nuevo al presente, ese momento en el que realmente estás viviendo. Y en el presente sólo existe lo que es en ese momento. Sin más. Sin preocupaciones ni miedos. En el presente la relajación ocurre espontáneamente.

Te darás cuenta de que el estrés crónico y la ansiedad no los producen situaciones exteriores. Los produce la propia mente magnificando las circunstancias exteriores, imaginando y recreando. En el momento en el que te conectas de nuevo con el cuerpo, te relajas, y dejas de alimentar esos pensamientos repetitivos y obsesivos, entonces la ansiedad y el estrés desaparecen.

Cómo hacerlo

Se pueden realizar actividades que ayuden a desconectar de la mente preocupada y ansiosa. Por ejemplo, cualquier deporte, ejercicio, paseo por la naturaleza. Menos efectivas son las distracciones como ir a ver una película, pues tras ellas volveremos a donde estábamos.

Pero lo más efectivo es relajarse conscientemente. Esta práctica, con el tiempo, llevará a poder eliminar la ansiedad incluso estando inmersos en las situaciones estresantes.

Una práctica

Encuentra un lugar tranquilo, sin ruidos y donde nadie te moleste.

Siéntate con la columna recta o acuéstate. Puedes ponerte una música suave, bajar la luz… Crear un ambiente favorable.

Ahora, empieza a sentir y recorrer todo tu cuerpo. Desde los pies, subiendo por las piernas, caderas, abdomen, pecho, espalda… Siente cada parte, y con cada espiración relaja un poco más. Las manos, los brazos, el cuello… Pon especial atención a todos los músculos de la cara, relajando la boca, los ojos, la frente. Siente todo tu cuerpo en general. Puedes realizar este recorrido varias veces, sin prisas, buscando las sensaciones.

Siente tu respiración, de forma natural, sin hacer nada especial con ella. Simplemente, cada vez que sale el aire, profundiza un poco más en la relajación, como si te fueses a dormir.

Disfruta de estas sensaciones unos minutos, y luego empieza a salir de este estado tranquilamente, sin prisa. Te sentirás bien, y podrás volver a tus actividades con una actitud distinta, más relajada y centrada.

Cualquier momento del día es bueno para hacer una relajación. Aprovecha pequeños huecos en tu día, o cuando te acuerdes, para hacer relajaciones cortitas. Y resérvate un hueco mayor para una relajación más profunda. Verás cómo tu vida cambia por completo. La ansiedad y el estrés crónico desaparecerán, y ganarás un mayor control de tu vida y una creciente sensación de felicidad.

Como ayuda puedes inscribirte a clases de Yoga y de Meditación. Con las prácticas en grupo profundizarás más fácilmente.

Logan G. C.

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