Meditación: ¿Qué es y qué no es? Primeros pasos
Cuando te propones empezar a practicar meditación, porque has leído acerca de sus beneficios, surge una primera duda: ¿Cómo meditar? En un momento te daré una pauta para que puedas empezar a meditar. Pero antes, es interesante resolver otra pregunta, que quizás no te hayas hecho. Y, sin embargo, es muy importante para aclarar ideas y conceptos. Voy a empezar comentando…
¿Qué no es meditación?
Se suele tener la idea de que meditar es dejar la mente en blanco, sentándose en silencio durante un largo período de tiempo… Sí has probado a hacer esto, probablemente hayas sentido frustración, pues los pensamientos no paran de surgir y de arrastrarte de un lugar a otro sin cesar.
Pues bien, eso no es meditación.
Los pensamientos no van a desaparecer, y la mente no puede dejar de pensar, pues esa es su función. Además, esa definición parece indicar que los pensamientos son algo malo, que habría que evitar, y la realidad es que nosotros los humanos somos seres pensantes, y gracias a ello hemos evolucionado hasta donde hemos llegado, y tenemos la posibilidad de ir mucho más allá, con la ayuda de otras cualidades que sí que están por encima de la mente.
Ni es difícil…
También se suele tener la idea de que meditar es algo difícil, que requiere muchas horas y años de práctica, adecuado sólo para los monjes o para aquellos que disponen de mucho tiempo…
Algunas personas asocian el meditar con la repetición del sonido OM durante un tiempo determinado. Por supuesto, aunque el repetir ciertos sonidos puede ser una práctica que lleve al estado de meditación, no puede definirse ésta de ese modo.
Así pues, meditación no es sentarse en silencio durante un largo período de tiempo manteniendo la mente en blanco, no es recitar el sonido OM durante horas, y no es algo difícil reservado a personas especiales…
Entonces,
¿Qué es meditación?
La meditación es un estado más allá de la mente.
“Bien”, me dirás, “esto no me ayuda mucho…”
Con esta definición quiero indicar que la meditación no tiene nada que ver con si estás pensando o no. Aurobindo, un gran maestro del siglo pasado, decía que existía un estado más allá de la mente desde el que se “pensaba” mejor sin pensamientos… Puede parecer una contradicción, pero la verdad es que, cuando queremos hablar del verdadero sentido de la meditación, las paradojas aparecen con facilidad.
Ejemplo visual.
Para hacerlo más sencillo, permíteme que use un ejemplo visual:
Imagina que los pensamientos son un río con mucha corriente. Tú estás en medio de la corriente, que te lleva de un lado a otro, sin control… Así son los pensamientos en una mente humana, habitualmente: surgen continuamente, sin ningún control, pasando de unos a otros, de forma que podemos empezar pensando en una cosa a la que queremos dedicar nuestra atención, y acabando con cualquier otra que no tiene nada que ver con la primera.
Siguiendo con la imagen del río, imagina ahora que te vas acercando a la orilla, junto a la cual la corriente es mucho menor; ahí será más fácil “controlar” tus pensamientos, podrás concentrarte mejor. Y eventualmente podrás incluso salir del río y sentarte en la orilla, observando tranquilamente como pasa la corriente de agua, sin que te arrastre con ella.
Ese sería el estado de meditación, en el cual los pensamientos ya no te arrastran ni te llevan sin control de un lado a otro, sino que te encuentras fuera de su “corriente”; puedes observarlos, pero desde otra posición. No es que hayan desaparecido, sino que tú te encuentras “más allá” de ellos. Desde esta posición te das cuenta perfectamente de que tú no eres tus pensamientos. Desde aquí se abren posibilidades nuevas, en las que tú tienes el control, tienes una visión mucho más amplia, y por lo tanto, un conocimiento mayor.
Un estado natural.
Con esto quiero que te hagas una idea de lo que significa realmente meditación, pero también quiero aclararte que la meditación es un estado natural, que ya existe dentro de ti, y que casi supone más un no-hacer o un des-hacer, que un hacer algo concreto. Además quiero decirte que la meditación es algo sencillo, mucho más fácil de lo que te imaginas; no requiere grandes esfuerzos, e incluso, desde el principio, se convierte en algo agradable y enriquecedor.
Así que, ahora vayamos a la siguiente pregunta:
¿Cómo puedo empezar a meditar?
Bien, ahora que tienes una idea más o menos clara de qué es y qué no es meditación, te voy a dar unas pautas para que puedas empezar, desde ya, a meditar.
Lo primero que has de saber es que, el pilar fundamental que sustenta el edificio de la meditación es la relajación. Por lo tanto, la forma de entrar en meditación va a ser a través de la relajación física. La única diferencia con la práctica de la mera relajación va a ser la postura. Para relajarte puedes acostarte sobre una esterilla, pero para meditar es necesario que estés con la columna recta. La razón principal es que si te tumbas para meditar, es fácil que acabes durmiendo, con lo cual no alcanzas el estado que buscas.
Práctica:
- Busca una postura cómoda en la que te sientes con la columna recta: puede ser en el suelo con las piernas cruzadas si tu cuerpo está acostumbrado a ello, o en un banco de meditación, sobre un cojín, o simplemente sentándote en una silla. Lo principal es que tu columna permanezca recta y relajada. Puede que al principio, si tus músculos posturales están debilitados, sientas tensión o molestia en la espalda, pero con la práctica todo eso irá desapareciendo. Coloca las manos sobre tus muslos, relaja bien los hombros y cierra los ojos.
- Ahora dedícate simplemente a sentir tu cuerpo y a relajarlo aún más con cada espiración. Siente el contacto con el suelo, con la ropa, con el asiento, con el aire… Siente tu postura manteniéndola en completa inmovilidad, sin tensiones, profundizando en la relajación.
- Puedes recorrer tu cuerpo varias veces, y después centrarte en las sensaciones de tu respiración. Primero en el movimiento del abdomen al inspirar y al espirar, sin hacer nada, sólo sintiendo cómo tu cuerpo respira. Tras unos minutos, lleva tu atención al roce del aire al entrar y salir por las fosas nasales.
- Siguiendo estas pautas podrás permanecer unos minutos sin que tu mente se distraiga. Y si te das cuenta en un momento dado de que tu mente se ha ido tras algún pensamiento, simplemente vuelve a donde estabas. Sin tensión, tomando consciencia de cómo se ha ido tu mente, de qué tipo de pensamiento era, cómo se ha encadenado uno con otro si ése ha sido el caso… Y vuelve a sentir tu cuerpo, tu respiración.
¿Y cuánto tiempo?
No te preocupes por el tiempo. Sólo siéntate y empieza. Puede ser un par de minutos, cinco, diez… o veinte o treinta. No te pongas un tiempo mínimo ni fuerces nada. Habrá días que estés muy a gusto y no te des cuenta del tiempo que pasa. Otros días te costará pasar de cinco minutos. No importa. Lo principal es empezar a sentir esta nueva dimensión de tu ser, y poco a poco ir explorando todas sus posibilidades.
Para terminar…
En próximos artículos te iré dando otras pautas que enriquezcan tu práctica y la faciliten. Además de otras técnicas que se pueden utilizar para alcanzar el estado de meditación.
Por ahora, mi intención principal con este artículo es:
- Animarte a iniciar una práctica de relajación-meditación.
- Hacerte ver que está perfectamente a tu alcance, que es algo sencillo y natural.
- Y ofrecerte una forma de entrar en contacto con esta dimensión profunda de tu ser.
¡Nos seguimos viendo en el camino!
¡Namasté!
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