Meditación de la línea de vida
La meditación de la línea de vida te hace ser consciente de dónde proviene la vida que sientes en tu cuerpo. Te ayuda a ir más allá de tu propia individualidad y a sentir la interconexión con la vida que te rodea. En definitiva, te abre la consciencia, amplía tus horizontes…
Puedes practicarla por sí misma, durante el tiempo que estés a gusto en ella, o que forme parte de una meditación más larga. De cualquier manera, te aportará muchos beneficios, tanto a un nivel consciente como subconsciente.
Estas son sus fases:
Relajación
Como cualquier otra meditación, la meditación de la línea de vida se inicia con una buena relajación. Si has leído otros artículos de este blog, ya sabes de la importancia que tiene la relajación como fundamento imprescindible para la meditación. Si no, te recomiendo que leas https://elfarodeobjetivodespertar.com/meditacion-primeros-pasos/ y también https://elfarodeobjetivodespertar.com/objetivos-de-la-meditacion/.
Así pues, tras adoptar tu postura de meditación, estable y con la columna recta, dedica los primeros minutos a la relajación. Siente tu cuerpo y recórrelo desde los pies hacia la cabeza, sintiendo y relajando parte por parte. Si es necesario, puedes hacer varios recorridos.
Centra tu atención en tu respiración, sin hacer nada especial con ella. Simplemente observa cómo tu cuerpo respira, de forma natural. Con cada espiración, profundiza un poco más en la relajación. Disfruta de esta fase antes de pasar a la siguiente. Sólo con esto puedes entrar en estados profundos de meditación; la relajación es una técnica en sí misma.
Tomando consciencia de la vida de tu cuerpo
Ahora siente la vida de tu cuerpo. Maravíllate ante el hecho de estar con vida. Siente cómo tu cuerpo está realizando, en este preciso momento, multitud de funciones: digestión, circulación de la sangre, respiración, filtración y eliminación de residuos, liberación de hormonas y otras sustancias, mantenimiento de las constantes vitales, como la temperatura, salinidad, azúcar en sangre, y un larguísimo etcétera. Y todo esto sin que seas consciente de ello.
Toma consciencia de tus huesos, de todo tu esqueleto. De tus músculos y ligamentos. De tu sistema digestivo, del circulatorio, del nervioso… Siente cómo están formados por distintos órganos, todos funcionando armónicamente, permitiendo la vida de tu cuerpo. Y cada órgano formado por millones de células, cada una de ellas importante para el conjunto. Todo animado por la vida que te llena.
Siempre la misma vida
La vida que está en ti en este momento, es la misma que te ha ido acompañando a través de los años, sin interrupción. Recorre hacia atrás tu existencia, observa distintos momentos, sintiendo cómo es siempre la misma vida.
Llega hasta tu adolescencia, a tu infancia. Siempre la misma vida sin interrupción. Siéntelo plenamente. Tu cuerpo crece, se transforma, tu mente también, aprendes nuevas cosas, cambian tus valores, tus creencias, según tu edad… Pero siempre permanece esta vida que te acompaña desde tu nacimiento. Incluso más allá, desde tu concepción.
En este punto puedes darte cuenta de que tu vida proviene de la vida de tus padres. Y desde el momento en que te concibieron puedes remontar en sus propias vidas hacia sus infancias y nacimientos…
Atravesando generaciones
La meditación de la línea de vida va cobrando su sentido más profundo a partir de aquí.
La vida de tus padres proviene de la vida de tus abuelos. Puedes tener una imagen de ellos que te ayude a la visualización. Y sigues a continuación, llegando a la vida de tus bisabuelos, y a la vida de sus padres, etc…
Generación tras generación, tu línea de vida pasa a través de innumerables madres y padres, cada uno de ellos imprescindible para que exista tu vida aquí y ahora. Calculando sólo tres generaciones por siglo, en 500 años el número de tus ancestros se eleva a más de 30.000. Y sólo tres o cuatro siglos más y ya hablaríamos de millones de personas… Por lo tanto, es seguro decir que compartes ancestros con todas las personas que conoces. Más aún, si remontas lo suficiente, compartes ancestros con cualquier persona que vive actualmente en el mundo. Realmente, ¡somos todos familia!
Desde el origen de la humanidad…
Puedes seguir remontando hasta la misma aparición del ser humano sobre la Tierra. Desde ese momento, existe una línea de vida que, sin interrupción, llega hasta ti. Desde ese momento, existe una línea de vida que, sin interrupción, llega hasta cada uno de los habitantes del planeta.
Tomar consciencia de esto te lleva a sentir la unión de los seres humanos más allá de razas, colores, nacionalidades, etc… Aquí descubres el verdadero sentido de la fraternidad universal. No se trata de una filosofía o una idea religiosa; es la pura realidad. Todos somos miembros de una misma y gigantesca familia.
…hasta el origen de la vida
Aquí podrías acabar tu meditación. Pero si tienes algo más de tiempo, puedes continuar más lejos. Puedes seguir la línea de la vida a través de toda la evolución, pasando por innumerables especies durante cientos de millones de años. Y llegar hasta el origen mismo de la vida sobre este planeta. Desde ese momento, existe una línea de vida que, sin ninguna interrupción, llega hasta tu cuerpo, hasta todos los cuerpos de la humanidad, hasta todos los cuerpos de cualquier ser vivo que existe sobre la Tierra…
De repente, tu familia se ha ampliado… Todos los seres vivos son tu familia. Desde un árbol a una brizna de hierba; desde una bacteria a un elefante; tus padres y cualquier desconocido con el que te cruces en tu vida… Todos son tu familia. Todos provenimos de unos mismos ancestros. La propia Vida es nuestra Madre, la Madre de cualquier ser vivo.
De vuelta a ti
Cuando así lo sientas, vuelve a tomar consciencia de tu cuerpo, respira más profundamente y empieza a salir poco a poco de esta meditación.
La meditación de la línea de vida no tiene una duración determinada. Disfruta de cada fase, sácale el jugo y deja que sus sensaciones penetren en todo tu ser.
Practícala de vez en cuando, o como te dije al principio, inclúyela como una parte de tu meditación habitual. Te aportará una mayor consciencia, una visión del mundo y de los demás más global. Las fronteras y separaciones se irán difuminando, y verás cada vez más fácilmente la unidad tras la multiplicidad.
¡Que la disfrutes!
¡Namasté!
Logan G. C.